lunes, 24 de diciembre de 2018

¿UN SER AVISAL? NO, SOY UNA ARPIA.




¿UN SER AVISAL? NO! 


UNA ARPIA.


Desde que ayude a mi familia, las cosas empeoraron, un mundo de mierda para un ser de mierda, siempre nos catalogaron así.
Sin poder ver el sol, sin poder ver la luna, sin poder oír el murmullo de las ramas al caer.
Nada de este lugar era tan horrendo como el mundo real, pero yo tenía que liberar a mi nieta, yo tenía que sacarla de aquel horror en el que los humanos, la habían metido.
Intentaban controlar a una Arpía, una pequeña niña.
Mi propia hija me mintió, me dijo que la pequeña había muerto y la dio en adopción, mi propia hija suicidándose por descubrir que era un ser superior, mi propia hija convencida del mal que la amparaba en su interior.
No se me permitió saber que existía, bueno entiendo que así era más fácil controlar su ira, su incesante ira.
Convertirla en una mansa ovejita al servicio de los demonios o de los Ángeles, daba igual un ser sometido no es libre.
Yo recibí órdenes, ¿ordenes, yo soy un soldado? No, lo soy.
Tenía que demostrar a mi nieta mi amor, mi inconmensurable amor de abuelo.

Ella creyó que me mato, pero se, que sabe que no estoy muerto, mando buscarme, pero no me encontró.
Mis humanos fieles, leales, siempre la protegerían.
Desde unas lunas atrás, note algo raro en mis tres compañeros de encierro, me habían convertido en un calamar gigante convencido de que la sima más profunda del océano era mi hogar, y me adapte, las ratas son buenos alimentos, yo al contrario que uno de mis compañeros de sima, no tengo que someterme a la luna.
Ni a la sangre, como mi otro compañero de sima abisal, el tercero, me daba mucho respeto.
Al igual que yo, ¿estaba ahí por desobedecer? No lo sé, no me importa.
Yo sí, era mi sangre, mi sangre a la que estaban martirizando.
Los seres humanos, no pueden ver a un ser como yo desatado, pero no todo lo que mate era ser humano, en ese manicomio infecto, los Ángeles caídos, disfrutaban torturando y sometiendo a los seres humanos, un lugar donde vivir del dolor, haciendo dolor.
Ese día note calma, demasiada calma, cuando la puerta se abrió, no ataque por que tenía la esperanza de que a este anciano le sacara su nieta.

No fue así, una bella vampira, con tatuajes de bruja en sus brazos, fue la que abrió la puerta.
La seguí, así conocí a mis compañeros en las profundidades abisales.
Thanatos, el cazador de almas salió el primero, luego el Nosferatum sus ojos se iluminaron al ver a la pequeña vampira, y por ultimo salió el Lobo, temeroso de quien le abría la puerta.

Estábamos en un lugar donde ni siquiera, había más presos, era el exilio, donde no hay nadie que te mire, ni te vea, ni te observe.
Un lugar donde solo hay olvido, pero aquella criatura, nos sacaba del inmenso abismo.
Al salir, vi luz mis ojos, mis ojos……….ella me dio unas gafas.
Al subir al vehículo sentí el olor de los demás, imagino que ellos el mío.

Fuera, nos llevaron a un hotel, entramos nadie nos vio.
Luego al entrar pensé, agua, ira, ropa limpia………………….fui a ducharme, me habían sacado por una razón pero ¿porque no me mataron? Supongo que porque no podían hacerlo sin contravenir un pacto.
Ahora, necesitaba saber:
Donde estaba mi nieta.
Porque me habían liberado.
                                           Porque no pudieron matarme. 

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