domingo, 30 de octubre de 2016

Una noche de difuntos- el juego de haloween



Cuenta la historia, que las noches de difuntos, los muertos y los vivos comparten la misma realidad.
Cuentan y cuentan.
Yo siempre pensé que esto eran cuentos, cuentos y más cuentos, pero hace 10 años me ocurrió algo que no puedo explicar y que aun intento entender.
Era una noche de difuntos como cualquier otra, la gente iba por la calle disfrazada, borracha y feliz, la fiesta se había adueñado de la calle.
Yo me aleje del grupo con el que iba, quería marcharme a casa, estaba cansado  y hastiado del ambiente.
Poco a poco llegue a la playa, el mar parecía en calma, todo era noche a lo lejos las luces de la ciudad atrapaban el ambiente, una voz me llamo la atención, era una mujer que sollozaba sentada en la arena de la playa, me acerque, la verdad es que pensé que llevaba uno de los mejores disfraces que había visto, era pálida y delgada, sus ojos estaban como hundidos en las cuencas y pensé la han dejado sola en la playa.
Estas bien- dije mostrándome comprensivo y que no pareciera que quería agredirla- quieres que te ayude.- ella me miro como si la pudiera ayudar, se incorporo, llevaba los zapatos en la mano y se acerco a mi casi como si flotara, me acaricio la cara, con aquella mano fría más que fría helada, se acerco a mi oreja y susurro- he perdido mi caballo y no se volver a casa- yo me quede muy cayado, pensando que buen disfraz, la dije si quieres te ayudo a buscar tu caballo- ella sonrió su cara era como de luz, me tomo de la mano y al notar su fría mano la deje mi chaqueta, parecía tan desvalida, tan abatida, que sentí que era lo que debía hacer.
Caminamos en silencio por la playa cuando de pronto de algún lugar salió un caballo, era como de color dorado, pensé, hay gente que se curra los disfraces al cien por cien, de pronto note una presión tan fuerte en la mano que me quede mirándola con fuerza y dije- oye me haces daño- ella se giro hacia mí, y aquella desvalida mujer tenía un aspecto terrorífico, como pude me desenganche entonces ella se giro hacia mi mientras iba en busca del caballo fantasmal y dijo, si algún día me quieres buscar el mar nos estará esperando.
Corrí hasta que la luz de la ciudad volvió a atraparme, y la playa solo era un punto en la noche, me metí en el primer bar que encontré y bebí hasta que perdí casi las consciencia, y aun ahora, cuando vago por la noche de los difuntos, pienso en ella, la veo, en mis sueños y temo que me encuentre aunque se, que cuando lo haga no me dejara soltarme.

Por eso para mí la noche de difuntos es mágica porque deja que los muertos y los vivos compartan un día.

2 comentarios:

  1. que lindo, que lindo, que lindo.
    cuidado con la dama de la playa.

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  2. vaya, vaya, ligando con fantasmas.............bueno ella te encontrara.
    ya lo veras.
    interesante texto.

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