Doce pasos hay hasta
el árbol del ahorcado.
Donde que puedes
contar,
Si el caballo de la
muerte te guía hasta el,
Solo doce pasos deberás
contar.
Marcelo y María Vivian
peligrosamente, eran de esa clase de personas que preferían vivir en el filo de
un cuchillo a vivir una vida normal.
Marcelo era el hijo
mayor de una familia de 6 hijos, que siempre había tenido que buscarse la vida para
salir adelante y María, era la única hija de un matrimonio que se mato a trabajar
para darle una vida que ellos nunca tuvieron.
Ambos eran una viva
la virgen, Marcelo y María se conocieron en el parque del oeste, y desde entonces
no se había separado, ella le adoraba, nada en el mundo era comparable al subidon
que sentía cuando estaba con él, ni cuando se drogaban juntos, es mas cuando lo
hacían por separado no era igual.
Era como si ella
tuviera el mal, en su interior y el fuera el mal mismo.
Aquella noche de
halloween, María había ido a pillar como siempre, sola Marcelo tenía poca
paciencia y además había ido a trabajarse una finca con el Josuele, por el
cobre.
Había sido un día
divertido, había estado como a ella la gustaba llamarlo haciendo relaciones, había
conseguido más por hacerse la buena y eso la gustaba.
Sin embargo al llegar
a casa, algo la había llamado la atención, una nota en un papel escrita por Marcelo:
Doce pasos hay hasta
el árbol del ahorcado,
Donde que puedes
contar
Si el caballo de la
muerte te guía hasta el,
Solo doce pasos deberás
contar.
El Josuele llego,
estaba blanco como el papel, Marcelo se había caído y se había quedado allí, no
respiraba ni se movía así que él se fue, la dejo su parte del botín y se fue.
No es que Josuele
fuera leal o no, es que si el Marcelo se levantaba y no estaba lo que habían
cogido, le mataba seguro, Marcelo era el mal en estado puro.
María no se lo pensó,
se fue a buscar a Marcelo, no la podía dejar allí así, joder no podía ser.
Cuando llego a la
finca, había un agujero por donde seguro habían entrado, ella entro por allí,
este tío, siempre hacia igual, seguro que se había colocado y se había quedado ahí
dormido- ella iba pensando en este asunto cuando ve a Marcelo caminando en círculos,
ella va a buscarle, le para pero los ojos de Marcelo no tienen pupilas si no
unas cuencas negras, ella intenta huir, pero esa cosa la lleva arrastrando
hasta el cuerpo sin vida de Marcelo y la tira,
ella cae golpeándose la cabeza contra una piedra, justo como se había caído
Marcelo.
El ser sin ojos,
canturrea.
Doce pasos hay hasta
el árbol del ahorcado,
Donde que puedes
contar
Si el caballo de la
muerte te guía hasta el,
Solo doce pasos deberás
contar.
Si al árbol del
ahorcado tú quieres llegar.
Fin.
escrito por Laguna blue.
muy bonito, de verdad y urbano.
ResponderEliminarvaya, vaya, asi que solo doce pasos, los de las horas que marca el reloj, o la fatal hora bruja.
ResponderEliminargracias miles, Laguna por seguirnos y participar siempre.
ResponderEliminarel relato es un 12