Llegue hasta el centro, podía notar que había estado ahí,
lo notaba le podía percibir, pero hacía tiempo que había pasado, camine hasta
el centro de la misma Plaza Mayor, si le notaba en cada adoquín, en cada arco.
Seguí mi instinto, vaya a donde me guiaría, mi pequeño
amiguito saco la cabeza, sin saber porque me dirigí a una librería antigua, había
libros de magia, magia, invocaciones, de pronto me figue en un joven alto y
delgado, con un traje todo de negro, tenía en sus manos un libro de
invocaciones satánicas, de pronto me miro.
Vaya había notado mi presencia, me fije en su anillo, mi
amiguito se escondió, yo seguí mi camino, el tipo me para en seco, con una mano
de uñas pintadas de negro me ofrece el libro, yo lo rechazo, no me interesan
estas bobadas.
Pero el tipo no me deja, de pronto un joven que tiene
pinta de no haber dormido en muchas noches, lleva el pelo teñido de blanco y
rapado por ambos lados de la cabeza.
Me abraza y el otro se para soltándome, el joven me mira
con cara de llevar esperándome siglos, tiene la marca de Rouger, lo puedo
percibir.
Hago lo propio le abrazo y le enseño a mi amiguito, me sonríe
y nos vamos.
Mientras noto como el hombre vestido de negro, llama por
su unidad móvil.
Vaya está lleno de ellos ahora a dónde vamos.
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