ÁNGELES Y FLORES
Caminaba en silencio, mi guardaespaldas Lorenzo o el Loren
como todos le llamaban, no paraba de hablar, yo sabía que en un rato sería
peor, pronto tendría que tomar lo único que le mantenía en pie, que le había hecho
lo que era, que le hacía levantarse cada mañana, su dosis, una sonrisa cruel se
dibujó en mi cara, me apetecía hacerle sufrir pero sabía que si lo hacía
demasiado, este ser humano se volvería inestable y poco manejable.
Así que cuando llego mi chofer, le pedí que le llevara a
donde necesitaba ir, yo les llamaría cuando me cansara de pasear, por lo que el
chofer me dio el teléfono y su nombre, lo cierto es que los nombres me
importaban muy poco, duraría lo que duraran y ya está.
Cuando se fueron me fije en el llamado ángel caído, era un
ser perfecto, era un draton autentico, luego me fije en los humanos que andaban
por ahí, seres sin esperanza tan simples, tan fáciles de convencer, de
manipular, tan insulsos como sus nombres, sus olores, sus patrones y sin
embargo capaces de crear algo como una escultura de un draton.
Respire hondo olía a rosas, camine hacia el olor, me senté a
observar, tenía que pensar una estrategia si uno de los ANL estaban involucrado
esto era más grave de lo que parecía.
No sé porque los ANL defienden a los humanos, seguramente se
sienten responsables de haberlos abandonado, pero ambas especies no podían haber
sobrevivido en este mundo, necesitan sus propios hábitats.
De pronto un pensamiento me asalto a la cabeza, que
clase de ANL había causado aquello, quizás ni siquiera lo había hecho,
simplemente estaba allí, debía buscar y buscar para saber a quién poner al
mando, porque esta ciudad no me gusta absolutamente nada
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