Utilidades, Aplicaciones y propiedades curativas
Colocar un ónix engarzado colgando del cuello para que aflore en nosotros la paz; eliminar los sentimientos de culpabilidad y prevenir cualquier tipo de enfermedad mental.
Colocar un ónix durante diez minutos diarios, acostados y en estado de relajación, dos dedos por debajo del ombligo para prevenir cualquier enfermedad física y potenciar el buen funcionamiento de todo nuestro cuerpo.
Colocar un ónix durante diez minutos diarios, acostados y en estado de relajación, en el centro de la frente (entre las dos cejas), para combatir o prevenir las depresiones o la tristeza.
Colocar un ónix durante diez minutos diarios, acostados y en estado de relajación, sobre el ombligo, para prevenir o curar las enfermedades del riñón.
Conocido también como Onice, es un mineral similar al ágata. Se presenta en varios colores. Se compone de capas rectas y paralelas de calcedonia y ópalo. Estabiliza la energía, trayéndola de vuelta al cuerpo físico. Equilibradora. Piedra protectora. Envía las energías negativas externas a otra dimensión. Da valor y fuerza. Infunde voluntad.
El Ónix otorga confianza en sí mismo, ego sano, favorece extroversión, oído, pensamientos analíticas. Contra epilepsia, depresión y melancolía. Ronquera. En su poder vibratorio posee la capacidad de estabilizarnos, mitiga el terror a lo desconocido. Favorece la meditación. Muy utilizado para personas que sufren melancolía. Genera perseverancia y humildad. Controla las pasiones, protege contra accidentes.
Era frecuentemente utilizada como amuleto para reforzar y agudizar la vista. Tiene la capacidad de conectarnos con la tierra, y para ese propósito deberíamos llevarla siempre encima. Es indispensable para las personas sensibles a los cambios de temperatura y para quienes se esfuerzan en obtener grandes logros.
Tiene capacidad estabilizante que ayuda en los chacras para sus desbloqueos energéticos. Para tales desbloqueos son ideales los discos de ónix.
No hay comentarios:
Publicar un comentario