Parecían fuegos de colores, pero eran estallidos que
brillaban en el cielo de la noche.
Las calles se llenaron de lagrimas y sangre, muerte desde el
volcán, algunos los mas,
No pudieron despertar, dormidos pensaron que sus pesadillas
eran su sueño.
Algunos los menos llegaron hasta el mar, y como pudieron se
lanzaron a él.
Pero la lengua de fuego lo atrapo y no pudieron huir.
La gran urbe quedo sepultada, bajo la lengua de fuego y el
brillo de los estallidos,
La tierra pasó su lengua de fuego por toda la costa, como si
el ser humano fuera golosina, fue relamida por ella.
Así fue, así la gran urbe falleció.
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