domingo, 21 de septiembre de 2014

el sueño . El juego de la foto.




Durante 4 días y noches, había estado sin dormir.
Temía cerrar los ojos, temía repetir la pesadilla, una y otra vez.
Primero  estaba en aquel pueblo, pequeño, sema vacio, iba directa a la tienda a comprar algo,
Al principio no sabía muy bien que era, luego recordaba que se trataba de unas botellas, cuando llegaba a la tienda, no había estas botellas y cogía unas botellas de un liquido blanco, no tenían marca pero ella sabía que eran más baratas por lo que podría coger más que las que suponía que quería coger.
Al ir a pagar, la decían que no podía pagar con las fichas del casino y la echaban sin comprar.
Pero ella astutamente había guardado una botella en la chaqueta y salía, iba por la  calle y comenzaba a llover, así que su mente la llevaba a la casa de la colina, camino por el bosque negro, tenebroso y frio, corrió colina arriba, unos ojos amarillos la observaban desde la entrada, era un enorme lobo negro, pero se aparto y ella pudo pasar, sin embargo como la puerta no se podía cerrar, subió las escaleras por si el lobo la seguía, entonces llego al pasillo,
Allí las manos la cogían primero eran agradables, luego eran desagradables, la arañaban, pellizcaban y tiraban del pelo, se despertaba sobresaltada en su cama, en su piso, y tomaba tranquilizantes para dormir.
Solo que la última vez, las manos la habían intentado estrangular, y casi no se despierta, en el espejo vio las huellas azuladas de unos enormes dedos, y supo que si se dormía, no despertaría.
Ahora llevaba 4 días, sin dormir.
Llamaron a la puerta, si pregunto, la voz del repartidor de pizza la hizo abrir, sin embargo al abrir la puerta, se encontró con el enorme pasillo, quiso cerrar la puerta pero escucho un aullido a su espalda, así que corrió hacia adelante, dejando su apartamento vacio, las manos la fueron atrapando, hasta que noto como no podía respirar, cayó al suelo y fue desmembrada, por unas enormes garras.
Cuando días después, el casero llamo a su puerta, esta no se abrió así que uso la llave maestra, mientras repetía, no me ha pagado el alquiler.
Cuando entro la encontró muerta, con los ojos abiertos y el vientre desgarrado, por supuesto llamo a  la policía, aun hoy el crimen sigue sin resolverse.

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