Las agujas de un reloj marcan un tiempo que paso,
El futuro está por venir.
Sueño en eterna armonía,
Me consume la agonía de una vida pasada,
Que no volverá a mí jamás,
Pero crezco en mi camino hacia el final.
Una promesa de descanso eterno,
Se hace casi regalo para mis oídos,
En el eterno caminar, de la nada.
Una luz que turba la marcada
Excusión de lo propio y lo impersonal,
Me giro sobre mis pies y miro,
Que dejare tras de mí,
Solo un adiós con la mano al viento,
O quizás deje a alguien esperando mi regreso,
No volveré del mas allá.
Llevo tanto ya vivido que se me hace eternidad el
segundo,
Siguiente a este renglón,
Lee mis pensamientos y sueña de nuevo,
Con un futuro que suena a sincero y propio,
Suena a caminos que aun no se han hecho,
Que aun están a la espera.
Pero yo no volveré a un pasado
Que ya no es mi lugar,
Solo se llega a un lugar y es hiendo.
La llegada y el adiós,
|
oscuridad marca un comienzo y un final, es un lugar donde nada y todo es. Somos el otro lado del agujero oscuro que engullo tu alma, el agujero de gusano, el otro lado de la realidad. Somos la oscuridad…. Y tu formas parte de nos. Seas quien fueres y estuvieres donde estuvieres, aquí siempre tendrás tu lugar.
domingo, 30 de septiembre de 2012
Son solo cuestión de tiempo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario