lunes, 28 de marzo de 2016

el juego de Layers of fear. terror en estado puro.

layers of fear.


La idea más potente con la que nos debemos quedar es que no sólo es un juego de terror. Está claro que es estremecedor, sobre todo con la impresión de los primeros capítulo, pero pretende y logra ir mucho más allá. Lo que mantiene el interés para hilar las cuatro horas de paseo diabólico es descubrir qué se esconde tras la familia de esa mansión. Lo mejor que, en este punto, se puede decir de Bloomer es que hemos descubierto a un grupo de grandes contadores de historias.
Entienden las reglas de la narración clásica de vidéo juegos, y la manejan con simbolismo y frescura. En 'Layers of Fear' no hay enfrentamientos, enemigos, ni nadie con quien hablar, sólo una retahíla de notas estratégicamente depositadas en cajones y armarios. Elementos que se llevan utilizando décadas para contar en vidéo juegos, y elementos que con 'Layers of Fear' funcionan como la relojería suiza. Es raro ver un juego narrado a base de notas que suscite interés, que no caiga en el tedio, y con esto 'Layers of Fear' lucha a base de una estructura que pide construcción a quien está jugado, a base de elipsis y preguntas sin respuesta. Con cada nuevo tramo ayuda a esclarecer, por un lado, y por otro es chispa una retahíla de conjeturas sobre la vida de esas personas que luego se resolverán, o no. 'Layers of Fear' es un juego pasivo en lo jugable, pero activo y exigente en lo reflexivo. La interacción con el entorno es mínima, mientras que la actividad reflexiva del jugador es obligada, como lo deben ser las buenas historias. 

'Layers of Fear' sabe expresar el tumor que se arraiga en el individualismo del sujeto moderno, y cómo se desata, en forma de locura, a llevarse a sus máximas consecuencias. En un momento del juego hay una nota de los "muy enfadados vecinos", en la que dicen algo así como: "nos apena lo que sucede en su casa, pero que se quede en su casa". Esa idea de individualidad, casi morbosa, es el dibujo último que se narran en todas las historias de terror de corte o inspiración victoriana. Freud y Poe no tardaron en darse cuenta del precio de esa moral individualista, Freud dibujó sus consecuencias en tratados psicológicos, Poe, como escrito, como historias de terror en una representación quizá incluso más fiel.Bloomer y su 'Layers of Fear' se recrean también, un par de siglos más tarde, en ese tipo de representación.
Pensando en cómo funciona como videojuego, más allá de sus herramientas para contar, y más allá de sus herramientas para asustar, 'Layers of Fear' es eminentemente contemplativo. Nuestro personaje sólo puede llevar a cabo dos acciones posibles: caminar y coger objetos. De esta forma entraremos en una aventura bastante guiada, que no se centra en la exploración de la casa como una rata en un laberinto, sino que nos sitúa ante una línea bastante clara para avanzar y sufrir lo que nos espera tras la próxima puerta. En cada instancia exploramos todos los armarios y cajones en busca de más piezas para el puzle de esta historia, pero no es un juego que, salvó puntos muy concretos, proponga puzles complejos. Yo lo he completado en dos sesiones de juego, algo más de cuatro horas, y no diría que me atasque ni una sola vez en la progresión.


lo recomiendo 



El tren de los horrores que nos tiene preparado 'Layers of Fear' es una experiencia aterradora sujeta a una narración coherente y exigente. Un juego bien escrito, bien planteado, bien diseñado, uno de esos abocado a convertirse en título de culto atemporal e imperecedero.Una propuesta, sin duda, imprescindible.

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